China, el gigante dormido que despertó
EL siglo XX fue muy convulso para los chinos. Tras la caída de la dinastía Qing en 1911, China experimenta diversos regímenes políticos como la época de los señores de la guerra con líderes regionales pasando por una guerra Civil entre el Partido Nacionalista Chino y el Partido Comunista e incluso participar en una guerra mundial tras la ocupación japonesa. En 1949, el Kuomintang (Partido Nacionalista Chino) es derrotado y Mao Zedong proclama la República Popular China el 1 de Octubre.
En 1950 se realizan reformas agrarias y se implementan planes quinquenales para el desarrollo económico, pero no dieron el resultado que esperaron, por lo que para transformar China en una sociedad industrial y dejar atrás el agrarismo colectivizando la agricultura, Mao lanza el programa del Gran Salto Adelante, que no obtuvo buenos resultados y generó pobreza y hambruna en todo el país. La popularidad comunista estaba caída, por lo que Mao inicia la revolución cultural y así revitalizar esta ideología, con persecuciones, purgas políticas, violencia... lo que no tuvo un impacto positivo en el país.
En 1976, Mao muere y Deng Xiaoping le sustituye, quien inicia unas políticas de apertura y reforma, liberalizando la economía y permitiendo la inversión extranjera, lo que llevó a un crecimiento económico y a la transformación de China en una potencia económica global.
Tras la llegada Xiaoping, China comienza a invertir en tecnología, con grandes inversiones en I+D , apoyando empresas tecnológicas tanto nacionales como extranjeras, e inició un plan estratégico, el Made in China 2025, con el objetivo de transformar al país en una potencia tecnológica. Todo esto, unido al crecimiento del sector privado y al desarrollo industrial, ha hecho que China en la actualidad sea la segunda potencia económica mundial en torno al PIB, pero no en torno al PIB per cápita, quedándole mucho camino aún por recorrer.
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