China, el gigante dormido que despertó


 
Hasta hace unos 400 años, concretamente hasta 1644 con la entrada de la Dinastía Qing en el poder, China era una potencia mundial. Riqueza, tecnología y agricultura eran tres términos que la definían bien. A partir de la entrada de dicha dinastía, comenzó el declive Chino, con multitud de enfrentamientos y conflictos que levaron al país a un estado terminal tras las derrotas contra potencias occidentales en guerras como las del Opio. China era un gigante dormido, y así lo fue hasta hace bien poco, en concreto unos 40 años. 

EL siglo XX fue muy convulso para los chinos. Tras la caída de la dinastía Qing en 1911, China experimenta diversos regímenes políticos como la época de los señores de la guerra con líderes regionales pasando por una guerra Civil entre el Partido Nacionalista Chino y el Partido Comunista e  incluso participar en una guerra mundial tras la ocupación japonesa. En 1949, el Kuomintang (Partido Nacionalista Chino) es derrotado y Mao Zedong proclama la República Popular China el 1 de Octubre. 

En 1950 se realizan reformas agrarias y se implementan planes quinquenales para el desarrollo económico, pero no dieron el resultado que esperaron, por lo que para transformar China en una sociedad industrial y dejar atrás el agrarismo colectivizando la agricultura, Mao lanza el programa del Gran Salto Adelante, que no obtuvo buenos resultados y generó pobreza y hambruna en todo el país. La popularidad comunista estaba caída, por lo que Mao inicia la revolución cultural y así revitalizar esta ideología, con persecuciones, purgas políticas, violencia... lo que no tuvo un impacto positivo en el país.

En 1976, Mao muere y Deng Xiaoping le sustituye, quien inicia unas políticas de apertura y reforma, liberalizando la economía y permitiendo la inversión extranjera,  lo que llevó a un crecimiento económico y a la transformación de China en una potencia económica global.

Tras la llegada Xiaoping, China comienza a invertir en tecnología, con grandes inversiones en I+D , apoyando empresas tecnológicas tanto nacionales como extranjeras, e inició un plan estratégico, el Made in China 2025, con el objetivo de transformar al país en una potencia tecnológica. Todo esto, unido al crecimiento del sector privado y al desarrollo industrial, ha hecho que China en la actualidad sea la segunda potencia económica mundial en torno al PIB, pero no en torno al PIB per cápita, quedándole mucho camino aún por recorrer. 

Aún así, no todo iba a ser bonito. Estas reformas económicas no iban en el camino de la igualdad y, en 1989 en Beijing tuvieron lugar las protestas estudiantiles de la Plaza Tiananmen, en las que los estudiantes demandaban más libertades, acabar con la corrupción y acabar con la brecha entre ricos y pobres, entre otras reclamaciones. El 4 de Junio, el gobierno implementó la Ley Marcial y ordenó la represión de los estudiantes, movilizando al ejército, utilizando tanques para acabar con los manifestantes, acabando con la vida de varias personas y quedando detenidas miles de ellas.






China pertenece a los BRICS+ como economía emergente, y en la actualidad está intentando expandir sus áreas de actuación por el mar, instalando puertos en niveles estratégicos y tiene disputas territoriales por el estrecho de Taiwán, por el mar de China Meridional y por el mar de China Oriental. Además. tiene relaciones muy tensas con Taiwán (creada por el Partido Nacionalista Chino que en su día  fue expulsado por el Comunista) y con la India (con esta última colabora económicamente a pesar de las malas relaciones). Por ello, su presidente actual, Xi Jinping, ha realizado reformas militares y China cuenta con uno de los ejércitos más potentes del mundo.

 

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